
¿Hay Indemnización en un Despido Disciplinario? Te Explicamos Todo
El despido disciplinario es una de las medidas más severas que una empresa puede tomar contra un trabajador. Es un acto que pone fin a la relación laboral debido a un incumplimiento grave y culpable de las obligaciones por parte del empleado. Sin embargo, este tipo de cese genera una pregunta recurrente: ¿existe derecho a una indemnización en un despido disciplinario?
La respuesta depende de diversos factores, como la naturaleza del despido (procedente, improcedente o nulo), las circunstancias en que ocurre y el cumplimiento de los requisitos legales por parte del empleador. En este artículo, exploraremos en detalle cada uno de estos aspectos, analizando la normativa vigente, las tendencias recientes y los errores más comunes que afectan tanto a trabajadores como a empresas.
Índice de contenido
¿Qué es un despido disciplinario? Definición y aspectos legales clave
El despido disciplinario es la medida más severa que una empresa puede adoptar para poner fin a una relación laboral debido a incumplimientos graves y culpables por parte del trabajador. A diferencia de otros tipos de despido, como el objetivo o el colectivo, este tiene un carácter sancionador, es decir, busca penalizar conductas que vulneren de manera significativa las obligaciones contractuales.
Concepto y ejemplos de despido disciplinario
El fundamento del despido disciplinario reside en la gravedad de los hechos cometidos por el empleado. Estas acciones o conductas deben estar claramente definidas y demostradas por la empresa. Algunos ejemplos comunes incluyen:
- Faltas repetidas e injustificadas de asistencia o puntualidad.
Estas ausencias reiteradas deben carecer de justificación válida para considerarse causa de despido. - Indisciplina o desobediencia.
Se refiere al incumplimiento intencionado de órdenes o instrucciones laborales legítimas. - Ofensas verbales o físicas.
Esto puede abarcar desde insultos hasta agresiones contra compañeros, superiores o incluso terceros. - Transgresión de la buena fe contractual.
Incluye acciones como el uso indebido de recursos de la empresa, la competencia desleal o el robo. - Bajo rendimiento intencional.
Este supuesto requiere que el trabajador reduzca de forma voluntaria y significativa su desempeño laboral.
Es importante señalar que no todas estas conductas garantizan un despido disciplinario procedente. Cada caso debe ser analizado en detalle para determinar si cumple con los requisitos legales.
Base legal del despido disciplinario
En España, el despido disciplinario está regulado por el Estatuto de los Trabajadores (ET), específicamente en su artículo 54. Este artículo establece que el contrato puede extinguirse por causas atribuibles al trabajador, siempre que se trate de incumplimientos graves y culpables.
El artículo 54.2 enumera algunas de las causas más comunes que justifican el despido disciplinario, tales como:
- Faltas de asistencia o puntualidad reiteradas.
- Indisciplina o desobediencia en el trabajo.
- Ofensas verbales o físicas.
- Abuso de confianza o deslealtad hacia la empresa.
Además, los tribunales y las resoluciones judiciales complementan el marco legal, definiendo criterios sobre la proporcionalidad de la sanción y la interpretación de las conductas sancionables.
La relación entre el despido disciplinario y la indemnización en un despido disciplinario depende de cómo se clasifique el despido (procedente, improcedente o nulo) en base a estas normativas.
Características del despido disciplinario
Para que un despido disciplinario sea considerado válido y, por ende, procedente, debe cumplir con una serie de características esenciales. Estas características son fundamentales para evitar que el despido sea declarado improcedente o nulo, lo que podría dar lugar a la necesidad de abonar una indemnización en un despido disciplinario.
Retrasos significativos entre la infracción y la comunicación del despido pueden interpretarse como tolerancia empresarial o represalia, lo que afectaría la procedencia del despido.
Causalidad:
El despido debe estar basado en hechos graves y demostrables.
No basta con acusaciones genéricas; la empresa debe acreditar la realidad de los hechos imputados al trabajador.
Ejemplo: Si el motivo es la desobediencia, se deben aportar pruebas como correos electrónicos, órdenes documentadas o testimonios.
Formalidad:
Es obligatorio comunicar el despido mediante una carta que detalle los hechos, las fechas y las razones que lo justifican.
La ausencia de una carta de despido bien redactada puede derivar en la improcedencia del despido.
La carta debe incluir:
Descripción precisa de las conductas imputadas.
Referencia a las normas internas vulneradas, si corresponde.
Fecha de efectividad del despido.
Inmediatez:
El despido disciplinario debe ejecutarse en un plazo razonable tras conocerse los hechos.
La relación entre el despido disciplinario y la indemnización
Uno de los aspectos más controvertidos del despido disciplinario es la posibilidad de recibir una indemnización. Por regla general, si el despido es declarado procedente, el trabajador no tiene derecho a indemnización, ya que se considera que la ruptura del contrato es consecuencia de una conducta que justifica la medida.
Sin embargo, la situación cambia si el despido es calificado como improcedente o nulo:
- Despido improcedente: La empresa debe optar entre readmitir al trabajador o abonarle una indemnización en un despido disciplinario, calculada en base a su antigüedad y salario.
- Despido nulo: No se genera derecho a indemnización, pero el trabajador debe ser readmitido con abono de salarios atrasados.
Estas diferencias hacen que el cumplimiento de las características formales y sustantivas del despido disciplinario sea crucial para ambas partes.

Tipos de despido disciplinario: procedente, improcedente y nulo
El destino de un despido disciplinario y sus consecuencias legales dependen de cómo sea clasificado, ya sea por el propio empleador, en un proceso de conciliación o, finalmente, por los tribunales. Esta clasificación es crucial, ya que determina si el trabajador tiene derecho a percibir una indemnización en un despido disciplinario, además del impacto que puede tener en la relación laboral y las finanzas de la empresa.
Los tipos de despido disciplinario más comunes son: procedente, improcedente y nulo. Cada uno tiene características propias que conviene analizar con detenimiento.
Despido procedente
Un despido disciplinario es considerado procedente cuando el empleador demuestra que la conducta del trabajador ha constituido un incumplimiento grave y culpable de las obligaciones laborales. Para ello, deben cumplirse una serie de requisitos legales y formales.
Requisitos de un despido disciplinario procedente
- Pruebas sólidas:
La empresa debe acreditar con evidencias claras y suficientes que el trabajador cometió los hechos que se le imputan. Estas pruebas pueden incluir:- Registros de faltas de asistencia.
- Testimonios de testigos.
- Comunicaciones internas o informes de bajo rendimiento.
- Carta de despido detallada:
Es obligatorio que el trabajador reciba una carta explicando de manera concreta:- La naturaleza de los hechos.
- Las fechas y circunstancias en que ocurrieron.
- Las disposiciones legales o normativas internas que se consideran vulneradas.
- Cumplimiento de plazos:
El despido debe ser comunicado en un plazo razonable desde que la empresa tuvo conocimiento de los hechos. Retrasos injustificados pueden invalidar la procedencia del despido.
Consecuencias del despido procedente
Cuando un despido disciplinario es declarado procedente, el trabajador no tiene derecho a una indemnización en un despido disciplinario. Sin embargo, sí debe recibir el finiquito, que incluye:
- Salarios devengados hasta la fecha de extinción.
- Vacaciones no disfrutadas.
- Prorrateo de las pagas extras, si no se abonan mensualmente.
Ejemplo práctico:
Un trabajador es despedido por insultar gravemente a un superior en presencia de otros empleados. La empresa presenta correos electrónicos internos y declaraciones de testigos que respaldan la acusación. La carta de despido detalla las fechas y el contexto del incidente. En este caso, el juez podría calificar el despido como procedente, lo que implica que el trabajador no recibiría indemnización, solo el finiquito.
Despido improcedente
Un despido disciplinario es declarado improcedente cuando no cumple con los requisitos legales, ya sea por errores en la forma, por falta de pruebas o por vulneración de derechos del trabajador.
Causas de un despido improcedente
- Falta de pruebas suficientes:
Si la empresa no puede demostrar la gravedad de los hechos imputados, el despido puede ser calificado como improcedente. - Defectos formales:
La ausencia de una carta de despido adecuada o su redacción ambigua puede invalidar la decisión empresarial. - Irregularidades procesales:
La vulneración de derechos del trabajador durante el procedimiento, como no ofrecer la posibilidad de defenderse, también puede dar lugar a esta calificación.
Consecuencias del despido improcedente
Cuando un despido disciplinario es improcedente, el empleador tiene dos opciones:
- Readmitir al trabajador:
Si opta por esta vía, debe abonar los salarios dejados de percibir desde la fecha del despido hasta la reincorporación. - Pagar una indemnización:
La indemnización en un despido disciplinario improcedente se calcula de la siguiente manera:- 33 días de salario por año trabajado para la antigüedad posterior a 2012.
- 45 días de salario por año trabajado para la antigüedad acumulada antes de 2012, con un máximo de 42 mensualidades.
Ejemplo práctico:
Un trabajador con 10 años de antigüedad es despedido por «bajo rendimiento», pero la empresa no presenta informes ni advertencias previas que sustenten esta acusación. El juez declara el despido improcedente, y la empresa opta por pagar una indemnización de 20.000 euros en lugar de readmitir al trabajador.
Despido nulo
El despido disciplinario puede ser declarado nulo si se demuestra que está motivado por causas que vulneran derechos fundamentales del trabajador.
Causas de nulidad en un despido disciplinario
- Discriminación:
El despido basado en género, orientación sexual, discapacidad, raza o cualquier otra condición protegida por ley es automáticamente nulo. - Represalias:
Si el despido se produce como consecuencia de una denuncia de acoso laboral o por ejercer derechos como la reducción de jornada, puede considerarse nulo. - Protección especial:
Trabajadores protegidos, como representantes sindicales o mujeres embarazadas, gozan de un blindaje especial frente al despido.
Consecuencias del despido nulo
En los casos de despido nulo, la empresa está obligada a:
- Readmitir al trabajador inmediatamente.
- Abonar los salarios atrasados.
No se genera derecho a una indemnización en un despido disciplinario nulo, pero el trabajador puede reclamar daños y perjuicios si se vulneraron derechos fundamentales.
Ejemplo práctico:
Una trabajadora embarazada es despedida por supuestos «problemas de actitud». La empresa no presenta pruebas claras y se demuestra que el despido ocurrió poco después de que informara sobre su embarazo. El juez declara el despido nulo, obligando a la empresa a readmitirla y pagar los salarios atrasados.
Entender los diferentes tipos de despido disciplinario y sus implicaciones es fundamental tanto para trabajadores como para empleadores. La clasificación como procedente, improcedente o nulo determina no solo el desenlace del caso, sino también si existe derecho a una indemnización en un despido disciplinario o si se deben tomar otras medidas legales para garantizar la justicia en el ámbito laboral.

¿Cuándo tiene derecho el trabajador a una indemnización en un despido disciplinario?
El derecho a recibir una indemnización en un despido disciplinario está directamente vinculado a cómo se califica dicho despido en el marco legal. La procedencia, improcedencia o nulidad del despido no solo determinan las consecuencias económicas para el trabajador, sino también las obligaciones que asume la empresa.
A continuación, analizamos en profundidad los tres escenarios posibles:
Procedente (sin indemnización)
Cuando un despido disciplinario se ajusta a los requisitos legales y se demuestra que el trabajador incurrió en un incumplimiento grave y culpable, se considera procedente. En estos casos, el despido tiene un carácter sancionador y no genera derecho a indemnización.
Fundamento de la falta de indemnización en un despido disciplinario procedente
El despido disciplinario procedente responde al principio de justicia laboral: si el trabajador ha incumplido sus obligaciones de forma grave, el empleador tiene derecho a extinguir la relación laboral sin coste adicional más allá del finiquito.
El finiquito en estos casos incluye:
- Salarios devengados: Cantidades pendientes por días trabajados hasta la fecha del despido.
- Vacaciones no disfrutadas: Los días de vacaciones acumulados y no tomados deben ser abonados.
- Pagas extras prorrateadas: En caso de que no se perciban de forma mensual.
Condiciones para un despido procedente
Para que el despido sea calificado como procedente, es esencial que la empresa:
- Documente adecuadamente los hechos: Las pruebas deben ser claras, específicas y verificables.
- Emita una carta de despido detallada: En ella se deben describir las conductas imputadas al trabajador, las fechas y el fundamento legal que las respalda.
- Respete los plazos legales: El despido debe realizarse en un tiempo razonable tras el conocimiento de los hechos para evitar interpretaciones de represalia.
Ejemplo práctico:
Un trabajador es despedido por ausencias reiteradas sin justificación válida. La empresa presenta registros de asistencia y comunicaciones previas solicitando explicaciones. En este caso, si el despido cumple con los requisitos formales, sería calificado como procedente, y el trabajador no tendría derecho a una indemnización en el despido disciplinario.
Improcedente (sí hay indemnización)
Cuando un despido disciplinario es declarado improcedente, se abre la puerta al derecho del trabajador a recibir una compensación económica. Este es uno de los escenarios más comunes en disputas laborales, ya que muchos despidos no cumplen todos los requisitos legales exigidos.
Causas de improcedencia en un despido disciplinario
- Falta de pruebas suficientes:
La empresa no presenta evidencias que respalden los hechos alegados. - Defectos formales en la carta de despido:
La carta de despido no detalla adecuadamente los motivos o las circunstancias de la falta. - Vulneración de derechos del trabajador:
Si se perciben irregularidades como discriminación o represalias.
Opciones del empleador ante un despido improcedente
En caso de que el despido sea declarado improcedente, la empresa debe optar por:
- Readmitir al trabajador:
- El trabajador vuelve a su puesto de trabajo.
- La empresa debe abonar los salarios dejados de percibir desde la fecha del despido.
- Indemnizar al trabajador:
- La indemnización se calcula en función de la antigüedad del trabajador y el salario.
Cálculo de la indemnización en un despido disciplinario improcedente
La indemnización se calcula de acuerdo con dos criterios:
- 45 días de salario por año trabajado para el tiempo acumulado hasta febrero de 2012 (fecha de la reforma laboral).
- 33 días de salario por año trabajado para el tiempo posterior a 2012.
La indemnización tiene un límite máximo de 24 mensualidades.
Ejemplo práctico:
Un trabajador con 15 años de antigüedad y un salario mensual de 2000 euros es despedido por «desobediencia», pero la empresa no aporta pruebas claras. El juez declara el despido improcedente. El cálculo de la indemnización sería:
Antigüedad hasta 2012: 7 años x 45 días = 315 días.
Antigüedad desde 2012: 8 años x 33 días = 264 días.
Total días de indemnización: 579 días ÷ 30 = 19,3 mensualidades.
Indemnización total: 19,3 mensualidades x 2000 € = 38.600 €.
Nulo (sin indemnización, pero con readmisión y salarios)
El despido disciplinario es declarado nulo cuando vulnera derechos fundamentales del trabajador o se basa en causas discriminatorias. En este caso, el despido carece de validez y la relación laboral debe ser restaurada.
Causas de nulidad en un despido disciplinario
- Discriminación:
El despido motivado por razones de género, orientación sexual, discapacidad, raza o situación personal (como embarazo o reducción de jornada por cuidado de menores) se considera nulo. - Represalias:
Despedir a un trabajador por denunciar acoso laboral o sindicalismo es motivo de nulidad. - Protección especial:
Determinados trabajadores, como representantes sindicales, tienen un estatus especial de protección.
Consecuencias del despido nulo
- Readmisión inmediata:
La empresa debe reincorporar al trabajador a su puesto en las mismas condiciones previas al despido. - Pago de salarios atrasados:
Desde la fecha del despido hasta la reincorporación.
Aunque no se genera una indemnización directa en un despido disciplinario nulo, el trabajador puede reclamar daños adicionales si ha sufrido vulneraciones de derechos fundamentales.
Ejemplo práctico:
Una trabajadora es despedida tras solicitar una reducción de jornada para cuidar a un familiar dependiente. El tribunal concluye que la empresa no demostró una causa real para el despido y que este se basó en represalias. El despido es declarado nulo, y la trabajadora es readmitida con abono de los salarios dejados de percibir.
Determinar si existe derecho a una indemnización en un despido disciplinario depende del análisis detallado de cada caso y de su clasificación como procedente, improcedente o nulo. Este análisis garantiza que los derechos del trabajador y las obligaciones de la empresa se ajusten al marco legal, evitando abusos y promoviendo un equilibrio justo en las relaciones laborales.

Cálculo de la indemnización en un despido disciplinario
El cálculo de la indemnización en un despido disciplinario varía según cómo se clasifique el despido. Mientras que un despido procedente no genera derecho a indemnización, las declaraciones de improcedencia o nulidad pueden llevar a compensaciones económicas importantes.
Esta compensación está diseñada para proteger al trabajador frente a despidos injustificados o irregulares, garantizando un equilibrio entre los derechos de los empleados y las obligaciones de las empresas. A continuación, desglosamos cómo se calcula y qué factores influyen en el monto final.
Factores clave en el cálculo de la indemnización
El cálculo de la indemnización en un despido disciplinario depende de una serie de variables que determinan la cuantía a pagar en caso de improcedencia o resolución judicial favorable al trabajador.
- Antigüedad del trabajador:
- Cuantos más años haya trabajado un empleado para la empresa, mayor será la indemnización.
- La antigüedad se calcula desde la fecha de inicio del contrato hasta el día del despido.
- Salario diario:
- Este valor incluye el salario base, pagas extraordinarias prorrateadas y cualquier complemento salarial fijo (como pluses por transporte, productividad o antigüedad).
- Para determinar el salario diario:
- Salario mensual bruto x 12 meses ÷ 365 días.
- Reforma laboral de 2012:
- Esta reforma cambió el cálculo de indemnizaciones, reduciendo la cuantía de 45 días de salario por año trabajado a 33 días por año.
- La indemnización se divide entre:
- Período previo al 12 de febrero de 2012: 45 días por año trabajado.
- Período posterior: 33 días por año trabajado.
- Límite máximo:
- La indemnización no puede superar las 24 mensualidades del salario del trabajador, independientemente de su antigüedad total.
Impacto de estos factores en el cálculo
La combinación de estos elementos asegura que la indemnización sea proporcional al daño causado por el despido improcedente, brindando al trabajador una compensación justa por la pérdida de su empleo.
Fórmula básica del cálculo
La fórmula general para calcular la indemnización en un despido disciplinario improcedente es la siguiente:
- Divide los años trabajados en dos períodos:
- Años trabajados hasta febrero de 2012 (45 días/año).
- Años trabajados después de 2012 (33 días/año).
- Multiplica los días de indemnización por el salario diario.
- Ajusta el total según el límite máximo de 24 mensualidades.
Paso a paso del cálculo
Determina la antigüedad total del trabajador y divide los años en los dos períodos relevantes.
Calcula los días de indemnización acumulados por cada período.
Suma los días y divide entre 30 para convertirlos en meses.
Multiplica el resultado por el salario mensual bruto del trabajador.
Ejemplo práctico
Para ilustrar cómo calcular la indemnización en un despido disciplinario, consideremos el siguiente caso:
Datos del trabajador:
- Antigüedad: 15 años.
- Salario mensual bruto: 2000 €.
Cálculo del total de días de indemnización:
- Antigüedad hasta 2012:
- Años trabajados: 7.
- Días por año: 45.
- Total días: 7 x 45 = 315 días.
- Antigüedad después de 2012:
- Años trabajados: 8.
- Días por año: 33.
- Total días: 8 x 33 = 264 días.
Total días acumulados:
315 + 264 = 579 días.
Cálculo final de la indemnización:
579 días ÷ 30 días/mes = 19,3 meses.
19,3 meses x 2000 € = 38.600 €.
En este caso, la indemnización total sería de 38.600 euros, siempre que no exceda el límite de 24 mensualidades.
Casos especiales de indemnización
En determinados escenarios, el cálculo de la indemnización en un despido disciplinario puede incluir factores adicionales o verse modificado por circunstancias particulares.
- Colectivos vulnerables:
- Trabajadores embarazadas, con reducción de jornada por cuidado de familiares o pertenecientes a colectivos protegidos pueden recibir compensaciones adicionales si se demuestra discriminación o vulneración de derechos fundamentales.
- Daños morales:
- En casos donde el despido haya ocasionado un perjuicio emocional o profesional al trabajador, los tribunales pueden otorgar indemnizaciones por daños morales, además de la compensación estándar.
- Contratos temporales:
- En los casos de despidos disciplinarios improcedentes de empleados con contrato temporal, la indemnización debe calcularse en proporción al tiempo trabajado y las condiciones pactadas en el contrato.
Ejemplo de caso especial:
Un trabajador con discapacidad despedido tras solicitar una adaptación de puesto puede reclamar una indemnización por improcedencia y por daños morales si el tribunal considera que el despido vulnera sus derechos. Esto aumentaría significativamente la compensación total.
El cálculo de la indemnización en un despido disciplinario requiere precisión y conocimiento de los factores legales que influyen en su determinación. Desde la antigüedad y el salario hasta las reformas legislativas aplicables, todos los elementos deben ser considerados para garantizar una compensación justa y proporcional en caso de improcedencia.
Tanto los trabajadores como los empleadores deben conocer estos cálculos para actuar con transparencia y en conformidad con la ley, evitando conflictos innecesarios o sanciones adicionales.

Errores comunes en los despidos disciplinarios y cómo evitarlos
El despido disciplinario es un proceso sensible y, si no se maneja correctamente, puede derivar en importantes sanciones económicas, incluyendo la obligación de pagar una indemnización en un despido disciplinario que inicialmente no debería haberse producido. Por ello, es fundamental identificar y evitar los errores más habituales que cometen las empresas al gestionar este tipo de cese laboral.
A continuación, analizamos en detalle estos errores y ofrecemos soluciones prácticas para prevenirlos.
Falta de pruebas sólidas
Uno de los errores más comunes y costosos para las empresas es no disponer de pruebas suficientes que respalden las acusaciones contra el trabajador. Este fallo debilita la posición de la empresa en un posible litigio, ya que los tribunales requieren evidencias claras y objetivas para considerar procedente el despido.
Ejemplo práctico:
Una empresa despide a un empleado por baja productividad, pero no presenta informes de desempeño que documenten una disminución en los resultados ni advertencias previas que indiquen que la situación era conocida por el trabajador. El juez, al no contar con evidencias concluyentes, declara el despido improcedente y obliga a la empresa a pagar una indemnización en el despido disciplinario de 20.000 euros.
Solución:
Para evitar este error, la empresa debe:
- Documentar las faltas de forma consistente:
- Mantener registros detallados de asistencia, desempeño o comportamiento del trabajador.
- Conservar comunicaciones internas como correos electrónicos o actas de reuniones.
- Recoger testimonios de testigos:
- En casos de faltas graves, contar con declaraciones firmadas de compañeros, supervisores o clientes que corroboren los hechos.
- Aplicar advertencias previas:
- Si la falta es recurrente, emitir advertencias por escrito antes de proceder con el despido.
Errores en la carta de despido
La carta de despido es un elemento esencial en cualquier despido disciplinario. Un error común es redactarla de manera vaga o incompleta, omitiendo detalles cruciales que justifiquen la medida tomada. Este fallo puede llevar a que el despido sea calificado como improcedente.
Ejemplo práctico:
Una carta que menciona «comportamiento inadecuado» sin especificar qué acciones concretas realizó el trabajador, en qué fechas ocurrieron o cómo afectaron a la empresa, será insuficiente. Ante esta falta de claridad, un tribunal puede determinar que el despido no cumple con los requisitos formales, obligando al empleador a pagar una indemnización en un despido disciplinario.
Solución:
Para evitar errores en la carta de despido:
- Redactar con precisión:
- Incluir una descripción detallada de los hechos que justifican el despido, con fechas y circunstancias específicas.
- Apoyar la información con evidencias:
- Referenciar pruebas documentales, como informes internos o comunicaciones, que respalden las acusaciones.
- Revisar la carta con asesoría legal:
- Antes de entregarla, un abogado laboralista puede verificar que la redacción cumple con la normativa vigente.
Exceso de tiempo entre la falta y el despido
Otro error recurrente es no actuar con la suficiente rapidez tras descubrir la falta cometida por el trabajador. Retrasar la aplicación del despido disciplinario puede interpretarse como consentimiento por parte de la empresa, lo que pone en riesgo la procedencia del despido.
Ejemplo práctico:
Un empleado comete una infracción grave, como el uso indebido de recursos de la empresa, pero la empresa tarda dos meses en comunicar el despido. En este caso, un juez podría interpretar que el retraso invalida la causalidad del despido, obligando al empleador a pagar una indemnización en un despido disciplinario.
Solución:
- Actuar con inmediatez:
- Proceder al despido dentro de un plazo razonable, que puede variar según el caso, pero generalmente debe ser inferior a un mes desde el conocimiento de los hechos.
- Iniciar investigaciones internas rápidamente:
- Si se necesita tiempo para recopilar pruebas, documentar el inicio de la investigación para justificar el retraso.
Despidos discriminatorios o represalias
Los despidos disciplinarios motivados por discriminación o represalias contra el trabajador son especialmente graves y, además de ser declarados nulos, pueden llevar a sanciones adicionales contra la empresa. Este error es particularmente común en situaciones donde el trabajador pertenece a colectivos protegidos, como mujeres embarazadas, personas con discapacidad o representantes sindicales.
Ejemplo práctico:
Un trabajador sindical es despedido tras presentar una queja por condiciones laborales. Aunque la empresa argumenta «indisciplina», no presenta pruebas claras y se demuestra que la medida está vinculada a su actividad sindical. El tribunal declara el despido nulo, obliga a la readmisión del trabajador y considera la posibilidad de daños adicionales.
Solución:
- Evitar decisiones precipitadas:
- Antes de proceder con el despido, analizar si el trabajador está protegido por leyes específicas que podrían invalidar el despido.
- Consultar asesoría legal:
- Asegurarse de que la motivación del despido es objetiva y no pueda ser interpretada como discriminatoria.
- Buscar alternativas a la extinción del contrato:
- Aplicar medidas disciplinarias menos drásticas, como amonestaciones o suspensiones temporales, si la situación lo permite.
Evitar errores en un despido disciplinario es crucial para minimizar riesgos legales y económicos, como el pago de una indemnización en un despido disciplinario que podría haberse evitado. Desde la recopilación de pruebas hasta la redacción de la carta y la actuación inmediata, cada paso debe realizarse con rigor y en cumplimiento con la normativa laboral vigente.
Para garantizar que el despido sea procedente y evitar errores costosos, las empresas deben contar con el apoyo de profesionales en derecho laboral, mientras que los trabajadores deben estar atentos a cualquier irregularidad que pueda vulnerar sus derechos.

Tendencias legales recientes: protección de colectivos vulnerables y conciliación
Entre 2023 y 2025, la legislación laboral y las decisiones jurisprudenciales han evolucionado significativamente, colocando un énfasis renovado en la protección de los derechos fundamentales de los trabajadores. Estas tendencias reflejan un cambio hacia la humanización de las relaciones laborales, destacando la importancia de garantizar un trato equitativo y justo para todos, especialmente en el contexto de despidos disciplinarios.
En este marco, aspectos como la protección de colectivos vulnerables, la proporcionalidad en las sanciones y la resolución extrajudicial de conflictos han adquirido mayor relevancia, afectando directamente la posibilidad de recibir una indemnización en un despido disciplinario en función de las circunstancias particulares de cada caso.
Protección reforzada de colectivos vulnerables
En los últimos años, los tribunales han mostrado una tendencia clara hacia la protección de colectivos vulnerables en el ámbito laboral. Este enfoque se ha reflejado en un mayor escrutinio de los despidos disciplinarios que afectan a trabajadores pertenecientes a estos grupos.
1. Género y diversidad:
Los despidos que involucran a mujeres embarazadas, trabajadores LGBTQ+, personas con discapacidad o individuos que pertenecen a colectivos históricamente discriminados son evaluados con rigor por los tribunales. En muchos casos, la falta de justificación suficiente puede resultar en la nulidad del despido, obligando a la empresa a readmitir al trabajador y abonar salarios atrasados.
Ejemplo práctico:
Una trabajadora embarazada es despedida por «falta de compromiso». Sin embargo, la empresa no logra demostrar pruebas concluyentes de esta acusación. El tribunal declara el despido nulo y obliga a la readmisión inmediata. En estos casos, aunque no se genere una indemnización en un despido disciplinario, la empresa puede enfrentar reclamos por daños y perjuicios adicionales.
2. Salud mental:
Los problemas de salud mental, como ansiedad o depresión, están recibiendo una atención especial en el ámbito laboral. Los tribunales consideran cada vez más las circunstancias personales del trabajador antes de validar un despido disciplinario.
Caso real:
Un empleado diagnosticado con depresión es despedido por ausencias injustificadas. Sin embargo, el trabajador demuestra que las ausencias estaban relacionadas con su condición médica y que la empresa no había ofrecido adaptaciones razonables. El tribunal anula el despido y ordena la readmisión del trabajador, sentando un precedente sobre la importancia de considerar la salud mental en las decisiones disciplinarias.
Proporcionalidad en la sanción
La proporcionalidad es un principio fundamental en las decisiones relacionadas con los despidos disciplinarios. En este sentido, los tribunales han subrayado la necesidad de aplicar sanciones que sean coherentes con la gravedad de los hechos imputados al trabajador.
Impacto de la proporcionalidad en el despido disciplinario:
- Fomento de sanciones graduales:
Antes de recurrir al despido, los empleadores deben considerar medidas disciplinarias previas, como advertencias por escrito o suspensiones temporales. - Reducción de despidos improcedentes:
Cuando la sanción es desproporcionada, los tribunales tienden a calificar el despido como improcedente, lo que genera el derecho a una indemnización en un despido disciplinario calculada según la antigüedad y el salario del trabajador.
Ejemplo práctico:
Un trabajador es despedido por llegar tarde en dos ocasiones. Aunque la empresa lo considera una falta grave, el tribunal evalúa que la medida es desproporcionada en relación con la infracción y declara el despido improcedente. La empresa se ve obligada a indemnizar al empleado con 15.000 euros.
Recomendaciones prácticas para evitar sanciones desproporcionadas:
- Analizar la gravedad del incumplimiento: No todas las faltas justifican un despido inmediato.
- Registrar medidas previas: Las advertencias y correcciones anteriores refuerzan la posición de la empresa en caso de litigio.
- Evaluar alternativas al despido: En casos de menor gravedad, las sanciones menos drásticas pueden ser más adecuadas y legales.
Conciliación y acuerdos extrajudiciales
La conciliación ha ganado terreno como una herramienta eficaz para resolver disputas laborales relacionadas con despidos disciplinarios. En un contexto de saturación judicial, este enfoque beneficia tanto a trabajadores como a empleadores al evitar procesos largos y costosos.
Ventajas de los acuerdos extrajudiciales:
- Reducción de costos:
Las empresas pueden evitar los gastos asociados a un juicio prolongado, mientras que los trabajadores obtienen una compensación rápida, en lugar de esperar una resolución judicial. - Evitar riesgos de nulidad o improcedencia:
Los empleadores pueden optar por pactar una indemnización en un despido disciplinario como parte del acuerdo, mitigando el riesgo de que el tribunal declare el despido improcedente o nulo. - Confidencialidad:
Los acuerdos suelen incluir cláusulas de confidencialidad, protegiendo la reputación de ambas partes.
Ejemplo práctico:
Un trabajador despedido por bajo rendimiento decide impugnar el despido. Antes de llegar a juicio, la empresa y el empleado acuerdan una indemnización de 12.000 euros, evitando la incertidumbre de una resolución judicial.
Recomendaciones para un acuerdo efectivo:
- Buscar asesoramiento legal: Tanto empresas como trabajadores deben contar con abogados especializados para garantizar que el acuerdo sea justo y legal.
- Calcular indemnizaciones de manera adecuada: Basarse en los criterios establecidos por la legislación laboral para ofrecer una compensación razonable.
- Documentar el acuerdo: Formalizarlo por escrito y, preferiblemente, homologarlo ante el Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación (SMAC) para darle validez legal.

Recomendaciones para trabajadores y empresas: cómo actuar frente al despido disciplinario
El despido disciplinario es un proceso complejo que afecta tanto al trabajador como a la empresa. Para ambas partes, actuar con conocimiento y precaución es esencial para evitar conflictos mayores, como demandas laborales o el pago de una indemnización en un despido disciplinario que inicialmente podría haberse evitado.
A continuación, se ofrecen recomendaciones específicas para trabajadores y empresas, diseñadas para gestionar este tipo de situaciones de manera efectiva y en cumplimiento con la normativa laboral vigente.
Para trabajadores
El despido disciplinario puede generar incertidumbre y emociones intensas. Sin embargo, mantener la calma y seguir un enfoque estratégico es crucial para proteger los derechos del trabajador y, si corresponde, asegurar una indemnización en un despido disciplinario.
1. Conservar la calma y recopilar pruebas
- Solicitar la carta de despido:
La carta de despido es el documento central en cualquier despido disciplinario. Debe detallar las razones específicas del cese, las fechas y las pruebas que justifican la medida. - Reunir documentación relevante:
Es importante recopilar cualquier evidencia que respalde la posición del trabajador, como:- Correos electrónicos.
- Registros de asistencia o desempeño.
- Comunicaciones internas.
- Registrar posibles irregularidades:
Si el trabajador identifica fallos en el procedimiento (como falta de pruebas o discriminación), estos pueden ser fundamentales para reclamar una indemnización en un despido disciplinario.
2. Buscar asesoría legal
Un abogado laboralista puede evaluar si el despido es procedente, improcedente o nulo, y asesorar sobre los siguientes pasos:
- Impugnación del despido:
Si existen indicios de improcedencia o nulidad, se puede presentar una reclamación para obtener una indemnización o la readmisión. - Cálculo de la indemnización:
En caso de improcedencia, el abogado puede calcular con precisión la indemnización en un despido disciplinario para garantizar que sea justa.
3. Asistir a la conciliación
La conciliación, realizada en el Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación (SMAC), es una oportunidad para resolver el conflicto sin llegar a juicio.
- Ventajas para el trabajador:
- Negociar una indemnización rápida.
- Evitar los costos y el estrés de un proceso judicial.
- Preparación:
- Llevar todos los documentos relevantes.
- Contar con un abogado que represente los intereses del trabajador.
4. Evitar decisiones precipitadas
- No firmar acuerdos bajo presión:
Si la empresa ofrece un acuerdo inmediato, es recomendable revisarlo con un abogado antes de aceptarlo. - Valorar las opciones disponibles:
Decidir entre buscar la readmisión o una indemnización dependerá de las circunstancias personales y laborales del trabajador.
Para empresas
Para las empresas, gestionar un despido disciplinario con rigor y conforme a la ley es esencial para minimizar riesgos legales y económicos. Un procedimiento mal ejecutado puede resultar en la calificación del despido como improcedente o nulo, obligando al pago de una indemnización en un despido disciplinario o incluso a la readmisión del trabajador.
1. Actuar con asesoramiento legal
Contar con asesoría especializada desde el inicio del proceso es clave para garantizar que el despido se realice correctamente:
- Revisión de las pruebas:
Un abogado puede evaluar si las evidencias justifican el despido. - Supervisión del procedimiento:
Desde la redacción de la carta hasta el cumplimiento de los plazos, el asesor legal asegura que se cumpla con la normativa.
2. Aplicar sanciones graduales
Antes de recurrir al despido, es recomendable aplicar sanciones menos severas cuando la falta no sea extremadamente grave:
- Advertencias verbales o escritas:
Informar al trabajador de su incumplimiento puede ser suficiente para corregir su conducta. - Suspensiones temporales:
En casos de mayor gravedad, una suspensión de empleo y sueldo puede ser una alternativa al despido.
Ventaja:
Estas medidas demuestran que la empresa ha intentado solucionar el problema antes de recurrir al despido, lo que refuerza su posición en caso de litigio.
3. Documentar todo el proceso
La falta de documentación es una de las principales causas de despidos improcedentes. Para evitar este error, es fundamental:
- Registrar las faltas cometidas:
- Guardar correos electrónicos, informes de desempeño o actas de reuniones relacionadas con el caso.
- Formalizar las advertencias:
- Emitir advertencias por escrito, firmadas por ambas partes.
- Conservar pruebas claras y verificables:
Estas serán esenciales si el despido llega a los tribunales.
4. Redactar correctamente la carta de despido
La carta de despido es uno de los documentos más importantes en este proceso. Una redacción imprecisa puede resultar en la improcedencia del despido.
La carta debe incluir:
- Descripción detallada de la falta.
- Referencia a las normativas internas o legales vulneradas.
- Fechas y pruebas concretas de los hechos.
Tanto trabajadores como empresas tienen un papel activo en la gestión de un despido disciplinario. Para los trabajadores, recopilar pruebas, buscar asesoría legal y asistir a la conciliación son pasos esenciales para proteger sus derechos y, si corresponde, obtener una indemnización en un despido disciplinario.
Por otro lado, las empresas deben actuar con rigor y asesoramiento especializado para garantizar que el proceso sea conforme a la ley, minimizando los riesgos de sanciones económicas o legales. La prevención, la documentación exhaustiva y el respeto por los procedimientos formales son fundamentales para evitar conflictos y asegurar una resolución justa.

La importancia del acompañamiento legal en un despido disciplinario
El despido disciplinario es un proceso delicado que puede tener implicaciones legales, económicas y emocionales tanto para los trabajadores como para las empresas. En este contexto, contar con el apoyo de un abogado especializado se convierte en un elemento esencial para garantizar que se respeten los derechos y obligaciones de ambas partes y para reducir el riesgo de conflictos prolongados o sanciones legales.
Tanto si se trata de un trabajador que busca impugnar un despido como de una empresa que desea proceder de manera correcta, el asesoramiento legal asegura que el proceso se lleve a cabo conforme a la normativa vigente. Además, ayuda a evaluar posibles consecuencias, como el pago de una indemnización en un despido disciplinario en caso de improcedencia o nulidad.
Para los trabajadores
Un despido disciplinario puede ser una experiencia difícil y confusa para el trabajador. En estos casos, el acompañamiento de un abogado no solo proporciona claridad sobre los derechos legales, sino que también permite actuar de manera estratégica para proteger dichos derechos y, si corresponde, reclamar una indemnización en un despido disciplinario.
1. Revisión de la carta de despido
La carta de despido es el documento clave que define las razones del cese. Un abogado puede analizar si cumple con los requisitos legales, identificando posibles errores que podrían invalidar el despido.
- Errores frecuentes a identificar:
- Falta de detalle en los hechos imputados.
- Ausencia de fechas específicas.
- No incluir pruebas o justificaciones claras.
Ejemplo práctico:
Un trabajador recibe una carta que menciona «bajo rendimiento» sin aportar datos concretos. El abogado detecta que la falta de especificidad puede derivar en la improcedencia del despido, abriendo la posibilidad de obtener una indemnización en un despido disciplinario.
2. Asesoramiento sobre impugnaciones
Un abogado puede ayudar a determinar si es viable impugnar el despido, ya sea por improcedencia o nulidad. Además, puede recomendar la estrategia más adecuada, como:
- Solicitar la readmisión del trabajador.
- Reclamar una indemnización justa acorde con la antigüedad y salario.
- Llegar a un acuerdo en la fase de conciliación para evitar un juicio largo.
3. Cálculo de indemnizaciones
Cuando el despido es declarado improcedente, el cálculo de la indemnización puede ser complejo. Un abogado garantiza que:
- La indemnización en un despido disciplinario se calcule correctamente, considerando los períodos antes y después de la reforma laboral de 2012.
- Se incluyan todos los conceptos salariales relevantes, como pagas extras y complementos.
- La empresa no ofrezca una compensación menor a la estipulada por la ley.
Ejemplo práctico:
Un trabajador con 12 años de antigüedad y un salario mensual de 1800 euros recibe una oferta de 20.000 euros como compensación. El abogado recalcula la indemnización, demostrando que el monto correcto es de 25.200 euros, lo que permite al trabajador negociar una mejora.
4. Representación en conciliaciones y juicios
En la etapa de conciliación, un abogado puede negociar en nombre del trabajador, asegurando un acuerdo favorable. Si el caso llega a juicio, el abogado se encargará de presentar pruebas y argumentar la improcedencia o nulidad del despido, maximizando las posibilidades de obtener una indemnización en un despido disciplinario.
Para las empresas
Desde el punto de vista empresarial, el acompañamiento legal es fundamental para prevenir errores que puedan derivar en consecuencias legales graves, como la improcedencia o nulidad del despido. Además, ayuda a gestionar el proceso de manera eficiente, protegiendo tanto los intereses económicos como la reputación de la organización.
1. Redacción de la carta de despido
Un abogado laboralista garantiza que la carta de despido sea clara, detallada y cumpla con los requisitos legales. Este documento debe incluir:
- Descripción precisa de la falta:
- Qué hechos se imputan al trabajador.
- Cómo afectan a la empresa.
- Fechas y circunstancias específicas.
- Fundamento legal:
- Referencias al Estatuto de los Trabajadores o normativas internas aplicables.
- Pruebas relevantes:
- Documentos, testigos o registros que respalden la decisión.
Ejemplo práctico:
Un trabajador es despedido por utilizar recursos de la empresa para fines personales. El abogado se asegura de que la carta incluya pruebas claras, como registros de acceso al sistema o correos electrónicos, para evitar que el despido sea declarado improcedente.
2. Gestión del procedimiento
Un abogado puede supervisar cada etapa del despido disciplinario, asegurando que se cumplan los plazos y requisitos legales. Esto incluye:
- Realizar investigaciones internas para recopilar pruebas.
- Notificar al trabajador dentro de un plazo razonable.
- Documentar cualquier medida previa, como advertencias.
3. Negociación en conciliaciones
Cuando un despido disciplinario es impugnado, un abogado puede negociar acuerdos favorables durante la etapa de conciliación, minimizando costos y tiempos judiciales.
Ventajas para la empresa:
- Reducir el riesgo de que se declare improcedente o nulo el despido.
- Pactar una indemnización en un despido disciplinario acorde a las posibilidades económicas de la empresa.
- Evitar la publicidad negativa asociada a un juicio.
Ejemplo práctico:
Un empleado con 15 años de antigüedad impugna un despido por «actitud irrespetuosa». Durante la conciliación, el abogado de la empresa negocia una indemnización de 18.000 euros, evitando un juicio que podría haber resultado en una compensación mayor.
El acompañamiento legal en un despido disciplinario no solo asegura que el proceso se maneje correctamente, sino que también protege los intereses de ambas partes. Para los trabajadores, un abogado es clave para identificar irregularidades, calcular una indemnización justa y garantizar el respeto a sus derechos. Por su parte, las empresas pueden prevenir conflictos legales, evitar sanciones económicas innecesarias y minimizar el riesgo de pagar una indemnización en un despido disciplinario improcedente o nulo.
En última instancia, actuar con asesoramiento especializado no es solo una buena práctica, sino una inversión que puede marcar la diferencia entre un proceso laboral problemático y una resolución eficiente y justa.

Casos prácticos de indemnización en un despido disciplinario
Los despidos disciplinarios presentan múltiples escenarios legales que dependen de factores como la gravedad de los hechos, la documentación aportada por la empresa y las circunstancias personales del trabajador. Para ilustrar mejor cómo se resuelven este tipo de conflictos, a continuación se presentan casos prácticos reales que abordan despidos procedentes, improcedentes y nulos.
Estos ejemplos destacan las implicaciones legales, económicas y laborales, y cómo puede influir la declaración del despido en el pago de una indemnización en un despido disciplinario.
Caso 1: Despido procedente por faltas reiteradas de asistencia
Contexto:
Un empleado con cinco años de antigüedad faltó al trabajo en seis ocasiones durante un período de tres meses, sin aportar justificaciones válidas. La empresa, antes de proceder al despido disciplinario, emitió dos advertencias escritas notificando al trabajador que debía corregir su conducta.
Resolución:
El juez declaró el despido como procedente debido a que:
- Documentación adecuada: La empresa registró cada ausencia injustificada y conservó pruebas de las advertencias enviadas al trabajador.
- Cumplimiento formal: La carta de despido especificaba las fechas y circunstancias de las faltas, argumentando claramente la gravedad de los hechos.
Implicaciones:
El trabajador no recibió una indemnización en el despido disciplinario, ya que fue considerado procedente. Sin embargo, la empresa abonó el finiquito correspondiente, que incluía:
- Salarios pendientes hasta la fecha del despido.
- Vacaciones no disfrutadas.
Caso 2: Despido improcedente por conducta inapropiada
Contexto:
Un trabajador con ocho años de antigüedad fue despedido por supuestamente comportarse de manera irrespetuosa hacia un cliente en una reunión. Sin embargo, la empresa no presentó pruebas que respaldaran la acusación ni testigos que confirmaran el incidente.
Resolución:
El tribunal declaró el despido improcedente, argumentando que:
- La empresa no aportó evidencias concretas que demostraran la veracidad de los hechos imputados.
- La carta de despido era vaga y no detallaba de manera específica las circunstancias del supuesto comportamiento.
Implicaciones:
La empresa tuvo que elegir entre:
- Readmitir al trabajador: Con abono de los salarios dejados de percibir.
- Indemnizar al trabajador: Optaron por indemnizarlo con 25.000 euros, calculados según:
- Antigüedad: 8 años.
- Salario mensual: 2000 €.
- Cálculo: (33 días x 8 años) ÷ 30 días/mes x 2000 € = 25.000 €.
Este caso demuestra cómo la falta de pruebas puede resultar en el pago de una indemnización en un despido disciplinario que inicialmente podría haberse evitado.
Caso 3: Despido nulo por discriminación
Contexto:
Una trabajadora con dos años de antigüedad fue despedida poco después de informar a la empresa sobre su embarazo. La empresa alegó «bajo rendimiento» como causa del despido, pero no presentó evidencias que justificaran dicha afirmación ni registros previos que indicaran problemas de desempeño.
Resolución:
El tribunal concluyó que el despido estaba motivado por discriminación de género, declarando el despido nulo debido a:
- Vulneración de derechos fundamentales.
- Ausencia de pruebas que acreditaran un bajo rendimiento objetivo por parte de la trabajadora.
Implicaciones:
- Readmisión obligatoria: La empresa tuvo que reincorporar a la trabajadora en las mismas condiciones previas al despido.
- Pago de salarios atrasados: Desde la fecha del despido hasta su reincorporación.
Aunque la nulidad no genera derecho a una indemnización en un despido disciplinario, este tipo de casos puede conllevar sanciones adicionales o reclamaciones por daños morales.
Caso 4: Despido improcedente por defectos formales
Contexto:
Un trabajador fue despedido por desobedecer órdenes de su superior, un motivo que puede justificar un despido disciplinario. Sin embargo, la empresa no cumplió con los requisitos legales al redactar la carta de despido, omitiendo detalles clave como las fechas y la naturaleza exacta de las órdenes incumplidas.
Resolución:
El tribunal calificó el despido como improcedente debido a defectos formales en la carta de despido, ya que:
- No especificaba las conductas imputadas de forma clara.
- No se aportaron pruebas documentales que respaldaran las acusaciones.
Implicaciones:
La empresa indemnizó al trabajador con 18.000 euros, calculados según su antigüedad y salario. Este caso subraya la importancia de cumplir con los requisitos formales para evitar una indemnización en un despido disciplinario innecesaria.
Caso 5: Despido nulo por represalias
Contexto:
Un trabajador, representante sindical, denunció a la empresa por incumplimientos en materia de seguridad laboral. Poco después, fue despedido por «insubordinación».
Resolución:
El tribunal determinó que el despido era una represalia por su actividad sindical y, por lo tanto, lo declaró nulo.
Implicaciones:
- La empresa tuvo que readmitir al trabajador y abonar los salarios atrasados.
- Además, el tribunal impuso una sanción económica adicional por vulneración de derechos fundamentales.
Estos casos prácticos reflejan cómo la correcta gestión del despido disciplinario puede marcar la diferencia entre un proceso exitoso y la obligación de pagar una indemnización en un despido disciplinario significativa.
Para evitar errores, las empresas deben cumplir estrictamente con la normativa legal y documentar adecuadamente cada paso del proceso. Por otro lado, los trabajadores deben estar atentos a cualquier irregularidad que pueda invalidar el despido y, si corresponde, reclamar sus derechos a través de los canales legales disponibles.

Finiquito vs. indemnización: Diferencias clave en el despido disciplinario
En el ámbito de los despidos disciplinarios, una de las dudas más frecuentes tanto para trabajadores como para empleadores es diferenciar entre el finiquito y la indemnización. Aunque ambos términos están relacionados con el fin de una relación laboral, tienen características, finalidades y aplicaciones legales distintas.
Entender estas diferencias es crucial para gestionar correctamente un despido disciplinario y, en caso de improcedencia, para garantizar que el trabajador reciba la indemnización en un despido disciplinario que le corresponde por ley.
¿Qué incluye el finiquito?
El finiquito es un derecho inherente al trabajador que se genera independientemente de si el despido disciplinario es procedente, improcedente o nulo. Su objetivo es liquidar las obligaciones económicas pendientes entre la empresa y el trabajador hasta el momento de la extinción del contrato.
Elementos que componen el finiquito:
- Salarios pendientes:
- Días trabajados pero no pagados al momento del despido.
- Incluye conceptos como horas extraordinarias realizadas y no abonadas.
- Vacaciones no disfrutadas:
- Los días acumulados y no disfrutados durante el año en curso deben ser pagados proporcionalmente.
- Por ejemplo, si un trabajador tiene derecho a 30 días de vacaciones al año y es despedido en junio habiendo disfrutado solo 10 días, la empresa debe pagar los 5 días restantes acumulados.
- Prorrateo de pagas extra:
- En caso de que las pagas extraordinarias no se abonen mensualmente, el trabajador tiene derecho a recibir la parte proporcional acumulada hasta la fecha del despido.
Particularidades del finiquito en un despido disciplinario:
- El finiquito debe liquidarse incluso si el despido es procedente, ya que se trata de derechos previamente adquiridos por el trabajador.
- La empresa debe entregar un documento detallado que especifique los conceptos incluidos y los montos correspondientes, garantizando transparencia.
Ejemplo práctico:
Un trabajador es despedido en agosto con un salario mensual de 1500 euros y sin disfrutar 12 días de vacaciones acumuladas. Su finiquito incluirá:
- Salarios pendientes: Si trabajó 15 días en agosto, recibirá 750 euros.
- Vacaciones no disfrutadas: (12 días ÷ 30 días) x 1500 € = 600 €.
- Total del finiquito: 750 € + 600 € = 1350 €.
¿Cuándo corresponde una indemnización?
La indemnización en un despido disciplinario es una compensación económica que la empresa debe abonar al trabajador únicamente cuando el despido es declarado improcedente o, en ciertos casos, nulo. A diferencia del finiquito, la indemnización no siempre está garantizada, ya que depende de la clasificación del despido.
Escenarios en los que aplica la indemnización:
- Despido disciplinario improcedente:
- Ocurre cuando el empleador no cumple con los requisitos legales o no demuestra la gravedad de los hechos imputados al trabajador.
- En estos casos, la empresa debe optar entre readmitir al trabajador o pagarle una indemnización.
- Despido disciplinario nulo:
- Si el despido se basa en motivos discriminatorios o vulnera derechos fundamentales, no genera derecho a indemnización, pero sí a la readmisión y al abono de los salarios dejados de percibir.
Cálculo de la indemnización en un despido disciplinario improcedente:
La indemnización se calcula según los siguientes criterios:
- Periodo hasta febrero de 2012: 45 días de salario por año trabajado.
- Periodo posterior a febrero de 2012: 33 días de salario por año trabajado.
- Límite máximo: 24 mensualidades.
Ejemplo práctico:
Un trabajador con 10 años de antigüedad y un salario mensual de 1800 euros es despedido. El juez declara el despido improcedente.
- Antigüedad antes de 2012: 2 años x 45 días = 90 días.
- Antigüedad después de 2012: 8 años x 33 días = 264 días.
- Total días: 90 + 264 = 354 días ÷ 30 días/mes = 11,8 meses.
- Indemnización total: 11,8 meses x 1800 € = 21.240 €.
Diferencias clave entre finiquito e indemnización:
Derecho garantizado | Sí, siempre. | Solo en despidos improcedentes. |
Propósito | Liquidar obligaciones pendientes. | Compensar por un despido injustificado. |
Elementos incluidos | Salarios, vacaciones, pagas extra. | Monto según antigüedad y salario. |
Dependencia de procedencia | No depende de la procedencia del despido. | Depende de si el despido es improcedente o nulo. |
Distinguir entre finiquito e indemnización es esencial para entender los derechos y obligaciones que surgen en un despido disciplinario. Mientras que el finiquito es un derecho automático e independiente de la clasificación del despido, la indemnización en un despido disciplinario solo aplica cuando el despido es declarado improcedente o nulo.
Para las empresas, cumplir con estas obligaciones es crucial para evitar litigios y sanciones. Por su parte, los trabajadores deben revisar cuidadosamente el cálculo del finiquito y, si corresponde, reclamar una indemnización justa. Contar con asesoramiento legal en ambos casos es clave para garantizar un proceso transparente y conforme a la normativa vigente.

Reflexiones finales sobre la indemnización en un despido disciplinario
El despido disciplinario es una de las herramientas más drásticas que tiene una empresa para gestionar incumplimientos graves por parte de sus trabajadores. Sin embargo, su correcta aplicación está rodeada de implicaciones económicas, emocionales y legales que exigen un enfoque meticuloso y respetuoso con los derechos de ambas partes.
La indemnización en un despido disciplinario, cuando corresponde, no solo actúa como una compensación económica para el trabajador afectado, sino que también se convierte en un mecanismo que promueve el equilibrio y la justicia dentro de las relaciones laborales. Entender las diferencias entre un despido procedente, improcedente o nulo es fundamental para evitar conflictos innecesarios y garantizar una resolución adecuada y justa.
Para empresas
Para las empresas, gestionar un despido disciplinario no es solo una cuestión de actuar de acuerdo con la normativa, sino también de proteger su reputación y minimizar los riesgos económicos asociados.
1. Actuar con base en pruebas sólidas
El éxito de un despido disciplinario depende en gran medida de la capacidad de la empresa para demostrar, de manera objetiva y verificable, que el trabajador incurrió en conductas que justifican la medida. Esto incluye:
- Documentación clara y consistente: Mantener registros detallados de las faltas del trabajador, incluyendo informes, comunicaciones internas y testimonios de testigos.
- Evidencias indiscutibles: Las pruebas deben ser suficientes para persuadir a un tribunal de la gravedad de los hechos imputados.
Un error en esta fase puede resultar en que el despido sea declarado improcedente o nulo, lo que obligaría a la empresa a pagar una indemnización en un despido disciplinario que podría haberse evitado con una gestión adecuada.
2. Priorizar la proporcionalidad en las sanciones
No todas las conductas indebidas justifican un despido disciplinario. Antes de optar por esta medida, las empresas deben evaluar si existen sanciones menos severas, como advertencias escritas o suspensiones temporales, que puedan resolver el problema sin necesidad de extinguir la relación laboral.
- Impacto práctico: Aplicar sanciones proporcionales no solo reduce el riesgo de litigios, sino que también refuerza la imagen de la empresa como una organización justa y ética.
- Ejemplo: Despedir a un trabajador por llegar tarde en dos ocasiones sin aplicar medidas previas puede considerarse desproporcionado y resultar en un fallo judicial desfavorable para la empresa.
3. Invertir en asesoramiento legal
El acompañamiento de un abogado especializado en derecho laboral es fundamental para asegurar que cada etapa del despido disciplinario cumpla con la legislación vigente. Un asesor legal puede:
- Revisar la carta de despido para garantizar su claridad y precisión.
- Evaluar las pruebas disponibles para determinar si el despido es viable.
- Representar a la empresa en la etapa de conciliación o en un posible juicio, minimizando riesgos financieros y legales.
En última instancia, la inversión en asesoramiento profesional puede ahorrar costos significativos asociados al pago de una indemnización en un despido disciplinario o a litigios prolongados.
Para trabajadores
Para los trabajadores, enfrentar un despido disciplinario puede ser una experiencia emocionalmente desafiante y legalmente compleja. Sin embargo, existen pasos clave que pueden marcar la diferencia en la defensa de sus derechos y, en su caso, en la obtención de una indemnización en un despido disciplinario justa.
1. Documentar cualquier circunstancia relevante
Desde el momento en que el trabajador percibe que podría enfrentarse a un despido disciplinario, es importante comenzar a recopilar evidencias que respalden su caso. Esto incluye:
- Correos electrónicos y comunicaciones escritas: Que puedan demostrar la relación entre las partes y posibles inconsistencias en las acusaciones.
- Registros de asistencia y desempeño: Para refutar acusaciones de faltas injustificadas o bajo rendimiento.
- Testimonios de compañeros de trabajo: Que puedan apoyar la versión del trabajador en caso de disputas.
2. Buscar apoyo profesional desde el inicio del proceso
Un abogado especializado en derecho laboral puede proporcionar orientación estratégica desde el primer momento, ayudando al trabajador a:
- Evaluar si el despido cumple con los requisitos legales.
- Determinar si es viable reclamar improcedencia o nulidad.
- Calcular la indemnización en un despido disciplinario para garantizar que sea acorde con la antigüedad y salario del trabajador.
3. No dudar en impugnar despidos injustos
Si un trabajador considera que el despido es injustificado, desproporcionado o discriminatorio, debe actuar con rapidez para impugnarlo. Los pasos clave incluyen:
- Presentar una papeleta de conciliación en el Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación (SMAC).
- Negociar un acuerdo favorable durante la conciliación, si es posible.
- Llevar el caso ante un tribunal laboral si no se llega a un acuerdo.
Ejemplo práctico:
Un trabajador con siete años de antigüedad es despedido por «desobediencia», pero no recibe una carta de despido adecuada ni se presentan pruebas suficientes. Con el apoyo de un abogado, el trabajador impugna el despido y logra obtener una indemnización de 15.000 euros por improcedencia.
Conclusión: La importancia de entender la indemnización en un despido disciplinario
La indemnización en un despido disciplinario no solo es una cuestión económica, sino también una herramienta para garantizar justicia y equilibrio en las relaciones laborales. Para las empresas, gestionar correctamente un despido disciplinario es crucial para evitar riesgos legales y económicos. Por su parte, los trabajadores tienen el derecho y la responsabilidad de defender sus intereses cuando consideran que un despido ha sido injustificado.
En última instancia, un despido disciplinario bien gestionado, ya sea desde el punto de vista empresarial o laboral, puede marcar la diferencia entre un conflicto prolongado y una resolución satisfactoria para ambas partes. Actuar con asesoramiento profesional, documentación adecuada y un enfoque ético es la clave para garantizar un proceso justo y conforme a la ley.